jueves, abril 10, 2008

 

La primavera ha venido y nadie sabe cómo ha sido...

Hace tiempo que no me doy una vuelta por mi querido blog. Me resulta difícil, como ya sabrán mis lectores habituales si es que queda alguno, el encontrar motivos de inspiración. Además siempre me pasa que se me ocurre una idea sobre la que escribir, lo voy posponiendo y se me acaba olvidando. Como creo que es cuestión de convertirlo en un hábito, voy a aprovechar la llegada de la primavera para hacer 'año nuevo, vida nueva'.
Para mi la salida del invierno ha sido tanto equinoccial como más metafórica. Digo esto porque tras tres meses y medio sin hacer otra cosa que buscar trabajo, por fin he logrado salir de ese aburrido y vacío túnel, del desfile de modelos que es ir hablando con empresas, una tras otra, intentando buscar algo que te convenga sin que se note mucho la creciente desesperación del paso del tiempo sin conseguir el éxito.
Hace ya casi dos años que vine a UK, he tenido dos trabajos ya, ha nacido Luna y sigo con ganas de comerme el mundo. Esta vez creo que he tenido bastante suerte. Estoy bastante seguro, a pesar de que sólo llevo un día dentro, de que he encontrado mi mejor puesto hasta ahora en UK. No tengo claro todavía si estaré a la altura de las expectativas, porque no las conozco. Lo importante, aunque a menudo estéril, es estar a la altura de tus propias expectativas.
Con el ánimo que comentaba de retomar el contacto con este blog, voy a intentar ser un poco menos introspectivo y hablar de las cosas que me suceden, de la vida en este país y de mi experiencia laboral. Todo esto con el ánimo de llegar a esa introspección que también me gusta a través del hábito más frecuente de escribir.
Mi nueva empresa me ha traído de excursión en mi primer día a York, que es una ciudad de unos 275000 habitantes según el taxista, que está en la parte este de Inglaterra más o menos a la altura de Liverpool. Es una ciudad que yo ya tenía en la recámara porque tiene una catedral que merece la pena ver, según tengo entendido y aparte es un lugar bastante histórico. No me atreví a preguntarle si era eso por el jamón de o si tienen idea de ponerse a la altura de sus homónimos de la Nueva. Lo dejaré para mis compañeros de trabajo una vez que coja la suficiente confianza (o más exactamente que crea que la he cogido). Es sin embargo notoria mi incapacidad para estimar estas situaciones, todavía me acuerdo de la cola del avión para Roma en Barajas, el comentario que hice a mis acompañantes sobre 'pues aquí estamos en la cola para bafanculandia' y las amistosas miradas que noté se clavaban en mi espalda provenientes de la sorprendentemente italiana mayoría de gente que nos rodeaba.
Ya nada más llegar me han dado una vueltecita por el edificio. La oficial de RRHH me ha metido en un despacho para el proceso de succión, digo de inducción a la compañía, ha recogido toda la documentación que le traía y ha pedido a su compañera de algo así como Servicios Generales que me enseñara procedimientos de seguridad, salidas de emergencia, etc. A continuación me han arreado un bonito video que la pobre mujer me ha dicho que en lo que va de año ya ha visionado más de 50 veces en donde te enseñan a cómo se deberían hacer las cosas si el mundo no fuera el mundo real para que no te pasen cosas en el trabajo y puedas tener una vida sin accidentes y lo que es más importante sin onerosas bajas para la productividad de la compañía. Por último, móvil de empresa y un bonito portátil con una mochila muy ergonómica para acarrearlo sin contemplaciones. Me espera ahora una aburrida semana de leer todo tipo de literatura corporativa, ponerme al día con la operativa y cogerme bien los pantalones porque la semana que viene ya parece que me esperan dos proyectos, uno de los cuales tiene al cliente y a medio equipo en USA y el otro atravesando unas cuantas dificultades que han llevado al cliente a requerir un nuevo X que en este caso voy a ser yo. Creo que esto es lo que llaman los anglosajones 'soft landing' que es algo así como tú tranquilo que te ponemos en cosas sencillitas y no pasa nada si te equivocas al principio.
Armado con mi flamante portátil, de vuelta al tren para Londres (más caro que el avión si lo compras en el día, 300 euros al cambio para recorrer 300 y pocos kilómetros), de forma razonablemente rápida (alrededor de 2 horas) y lo mejor de lo mejor, con red wifi durante todo el trayecto para poder perder el tiempo navegando por Internet... siempre y cuando la susodicha red funcione claro. Yo a veces no se qué es peor si no tener algo y no crear expectativas o ponerte el caramelo en los labios y sacudirte un buen mamporro en todos los dientes cuando estás abriendo la boca para degustarlo. Qué felices me las prometía yo con cómo se iban a quedar mis contactos por el MSN cuando fardara de que voy hablando con ellos desde el tren. Incluso pensaba si RENFE habría puesto algo similar en España ya. Me da por pensar que lo más seguro es que sí y que lo más seguro es que hasta funcione (no como aquí). Al final, no he tenido más remedio que ponerme a escribir esto que había pensado en querer escribir y que probablemente nunca habría escrito si la conexión hubiera funcionado bien. Bien por mi cínico argumento inicial de crear un hábito, retomar el contacto con el blog, etc etc...
También me ha parecido muy bien lo de sentarme en el 'Quiet Coach' o coche silencioso en el que no se pueden utilizar cacharretes que hagan ruido, hablar por el móvil o desvariar muy alto con el acompañante. También algo utópico porque no han pasado ni 10 minutos hasta que el yuppy de atrás se ha puesto a hablar por el móvil dando órdenes con el poderío que le confiere su supuesta jerarquía en la pirámide alimenticia corporativa. Una fila más adelante dos guarrillas (y no lo digo en plan despectivo, sólo es un adjetivo que me parece muy apropiado para determinados individuos femeninos muy abundantes en este país) compartiendo el auricular de un iPod a toda pastilla y de vez en cuando estallando en carcajadas. Alguna vez haré una fisonomía de la guarrilla inglesa o británica. Salen mucho en las pelis de Ken Loach, por cierto. Lo que me pregunto es de dónde habrán sacado los 100 o 200 pavos que vale el billete (dependiendo de si es sólo ida o incluye vuelta también)
como fin de fiesta me voy de copas con el resto de la plantilla que trabaja en la sede de Londres. La verdad es que estoy bastante cansado, pero creo que es una buena ocasión para empezar a hacer amiguitos en el seno de la compañía, máxime cuando ya me han dicho que hay 3 ó 4 españoles y un par de argentinos en la plantilla. Intentaré ver si podemos hacer frente común bajo el lema de 'a ver si nos devuelven el peñón' o algo similar con las Malvinas.
Como la puñetera red sigue sin funcionar, voy a ver si me zambullo en uno de los libros que me he traído (el trayecto es de 2 horas pero he decidido traer dos no sea que si traía uno el pobre libro se sintiera solo). Tiene más pinta sin embargo de que acaba sumergido en los brazos de Morfeo, pues he estado casi despierto con la emoción del viaje desde casi las 4:30 de la mañana y estoy tranquilo porque el tren termina en Londres, no como esta mañana que podría haber acabado en Edimburgo, aunque bien pensado también habría valido la pena ¿no les parece?

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