domingo, octubre 29, 2006

 

Cínicos

Dice el diccionario de la RAE, que cínico es aquel que muestra "desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables". Dudo si a partir de este momento conseguiré mantener la atención del lector, al que imagino ya perdido en un carrusel asociativo, aunque para mi personalmente ha sido difícil abstraerme más allá de mi "Top of the Pops" que responde a las iniciales de FG, para los curiosos.
Decía el otro día, que admiraba mucho más a un cínico que a un hipócrita. La verdad es que al leer la definición me he quedado un poco frío. No es que me vaya a desdecir de mis palabras, pero no deja de ser un poco hipócrita el empezar a tener opiniones partiendo de conceptos equivocados. En fin, como buen demagogo que aspiro a ser (me sale mejor con unas copas), qué importan los conceptos habiendo un buen discurso con el que enmarañarlo todo.
Esta es una faceta de mi personalidad, la de precipitarme a hacer juicios sin haber comprobado muy bien antes la base de la que parto. Eso no quita que luego intente enmarañar a mi/s interlocutor/es sumergiéndolos en mi dialéctica barata. Y esto también se contradice con una de las cosas que me interesan, que son las matemáticas. Se adaptan muy bien a mi afición por seguir procedimientos estructurados. Aunque bien pensado las matemáticas también son una demagogia bastante elegante. Al fin y al cabo, ¿por qué tenemos que creernos que dos y dos son cuatro? ¿Quién ha comprobado ese concepto? O, ¿qué es el cero? ¿la nada? ¡Venga hombre! Ahora resulta que todo el mundo entiende lo que es la nada. Vamos a quitarle el cero a las matemáticas, pero apártense un momento que el castillo se cae y les puede dar en la cabeza. Y eso sin profundizar demasiado. Alguno de mis lectores dirá ¡este tío es tonto! Pues menudo descubrimiento, para ese viaje no hacían falta alforjas. De todas formas a mi me ha sido útil. Qué importa que las matemáticas sean un artificio, que en realidad no tengan ningún fundamento real, si a mi lo que me gusta es seguir un procedimiento.
Llegados a este punto, espero que alguien se habrá dado cuenta de la inconsistencia de mi forma de pensar. Esto es algo que también me pasa frecuentemente. Es como el que se pone a navegar por Internet para pasar el rato. Se sabe dónde se empieza pero no dónde se acaba (si exceptuamos las webs porno, que tienen cierto carácter de agujero negro, sin ánimo de hacer un chiste malo). Me pasa también hablando con la gente. Empiezo a contarle algo a alguien y a mitad de frase intento darle la vuelta y empiezo a contarlo de otra forma sin haber acabado la frase anterior. A veces me doy cuenta cuándo veo la cara de la persona con la que estoy hablando. Ellos ahí intentando entenderme y yo dejando frases a medias y cambiando de tema sin ninguna consideración.
La solución al problema empieza por el reconocimiento del mismo. Bonita frase para drogadictos, psicópatas y otra clase de cínicos. Oh pobres, si son enfermos; lo que yo les decía. Mi interés iba más por los cínicos elegantes, los que apelaban más a su inteligencia en lugar de a la manipulación emocional que es en lo que se apalancan los primeros, porque los segundos suelen ser bastante inteligentes, o al menos ese es el prototipo que tengo de ellos, y total, ¿para qué me voy a molestar en comprobar el concepto? ¿Para que no se corresponda con lo que yo pensaba y no pueda seguir por aquí?
Se lo aconsejo, no se queden en hipócritas. Sean cínicos. Mientan como bellacos pero háganlo con elegancia y con inteligencia. Contribuirán a mejorar como personas y a mejorar a la sociedad, que no es que me importe más allá de yo mismo, pero por si me toca la lotería. No hay nada que mueva mejor a la sociedad que el interés por uno mismo. ¿O es que Teresa de Calcuta hacía las cosas por los demás? No, eso era un efecto lateral. ¿Y lo bien que se sentía ella haciendo lo que hacía? Y al final hizo una gran labor social, lo que yo les decía. Bueno, también hizo algunas cosas malas, como inculcar a sus adeptos a que no utilizaran preservativos. Hijos los que nos de Dios, que total como nos sobra la comida ya encontraremos alguna forma de matarnos para repartirnos las migajas, pero eso no es psicopatía, porque tenía una conciencia que le dictaba lo que estaba bien, o al menos lo que a ella le hacía sentirse bien.
Bueno, quería concluir en el párrafo anterior y ya me he ido por las ramas. Es un tema que puede dar mucho juego, pero en resumen mi consejo es que busquen al cínico que habita en su corazoncito y lo saquen a pasear. No se queden en hipócritas sólo que se les verá el plumero. Si a uno le interesa algo, hay que ser consecuente y exigente con uno mismo. Nada de colgar Mirós en la bañera. Hay que tener más imaginación, que es lo único importante. La imaginación, esto es lo verdaderamente importante. Esta es la cualidad que realmente me interesa, es lo único que te puede hacer prosperar, progresar y enriquecerte (en todos los sentidos). Es un tema interesante este, pero creo que mejor lo vamos a dejar para otro artículo, que si me vacío entero hoy, ¿qué van a hacer ustedes con sus vidas? ¿Cómo van a paliar esa desilusión de, un día tras otro, llegar a este soberbio (como antónimo a humilde, no me malinterpreten) blog para ver que sigue ahí con tres artículos y sin solución de continuidad? Pues eso, dejémoslo estar por hoy que esto es como el comer, mejor quedarse con un poquito de hambre...

martes, octubre 24, 2006

 

Hipocresía (I)

Os preguntaréis por qué el (I). No se si seré capaz de llevar la cuenta, pero mi idea es que este sea un tema recurrente, ya que me resulta bastante interesante. Es cierto que la hipocresía es humana, como tantas otras cosas, y aunque no habría que darle más importancia que la que tiene creo que eso no equivale a dejar de tener el coraje necesario para protestar. Por supuesto que la lucha contra la hipocresía empieza por uno mismo, puesto que como dijo alguien "el hombre es el hipócrita del hombre" o algo parecido ¿no? Y no es que precisamente sea moco de pavo, al fin y al cabo tenemos a nuestra naturaleza en contra. Dicen que el hombre es un animal racional y está en la naturaleza de todos los animales el ser egoístas, y si le añadimos el raciocinio pues ya ni te cuento... Tengo un amigo que apreciará una cierta evolución en mi discurrir. Creo que simplemente estaba siendo hipócrita, pero no caigamos en la metahipocresía porque entonces acabaré llegando al absurdo.
Por supuesto, es fácil salir de la hipocresía para caer en el cinismo, pero creo que un cínico me parece una persona mucho más respetable. Hay que tener clase e inteligencia para ser un buen cínico, lo que no me parece una condición necesaria para ser hipócrita, sino más bien diría que al revés.
Y a qué viene todo esto, pues en principio estaba pensando en contar algo que me ha llamado la atención últimamente aquí en Inglaterra. El Ministerio del Interior ha decidido limitar los derechos de los próximos integrantes de la UE, es decir rumanos y búlgaros. No nos engañemos, esto los pone a la par de la mayoría de los países de la UE, que no van a dejar trabajar a los nacionales de los nuevos integrantes durante un periodo inicial. La diferencia es que en la anterior ampliación, de los 15 a los 25, el Reino Unido no puso ninguna traba en absoluto; es decir los polacos, entre otros, pudieron trabajar aquí desde el primer día. El lector avezado ya habrá intuido que andamos en época preelectoral, y qué mejor forma de ganar votos que cerrar el paso a los emigrantes que nos quitan nuestros puestos de trabajo. Es curioso también que sean los laboristas los que estén dando este paso, pero creo que esto también tiene su parte maquiavélica. Desde que llegó Tony Blair, el adalid del Nuevo Laborismo, los antaño socialistas han empezado a ocupar el espacio más a la izquierda de los Conservadores y a veces no tan a la izquierda. Mal asunto, si nuestros enemigos empiezan a hacer lo que nos gustaría hacer a nosotros ¿cómo les vamos a criticar? Siempre se puede echar mano de la hipocresía, claro está...
Moraleja: Cuando las barbas del vecino veas pelar... Y que conste que lo de las barbas no va con segundas.

sábado, octubre 21, 2006

 

Un soneto me manda hacer Violante

Bueno, aquí estoy. Este es mi primer ejercicio en tratar de escribir algo. Desde pequeño he tenido la intención de escribir algo aunque creo que siempre me ha atenazado el miedo al vacío, el miedo a no saber qué decir, la consciencia desde mi más tierna infancia de que no soy una persona creativa. Soy vago, vago hasta decir basta y la tendencia a buscar la eficiencia máxima es lo único que me mueve a la creatividad. Estoy obsesionado por no tener que pensar, desde pequeño me aburría el que me pidieran que escribiera una redacción 'tema libre' o 'dibujo libre' (por si no fuera ya bastante patoso dibujando, encima tenérmelo que inventar). Cómo me gustó cuando descubrí el Manic Miner. Un juego en el que no había más de una forma en la que progresar, sólo había que pensar un poco en cómo, pero el camino estaba marcado, gracias! no hay que pensar. Más adelante los del Manic Miner (atención adictos, este segundo enlace tiene premio) sacaron Jet Set Willy. Fantástico, la segunda parte estaba a mi disposición... Desgraciado de mi. El juego ya no era de una sola pantalla, había que explorar multitud de salas. Por supuesto ni lo acabé ni siquiera me aproximé a intentarlo. Había que ser creativo, ya no bastaba con concentrarse en seguir el camino marcado.
A veces pienso que el tema puede rayar en lo patológico. No se si el tema estará descrito, pero desde luego que en mi caso se manifiesta de varias formas distintas. Me encanta seguir itinerarios de todo tipo. Dame una guía de viaje, un libro de rutas, una web en la que pueda planificar viajes. Cualquier cosa me sirve y más ahora con Internet que se pueden encontrar todo tipo de herramientas para optimizar (otra de mis obsesiones que yo creo que viene de lo mismo, de la vagancia), o que hay gente que te recomienda una serie de libros, y qué tal con los cursos, qué maravilla todo perfectamente ordenado y predeterminado, un camino que seguir, lo que no quiere decir por supuesto que lo acabe, simplemente lo empiezo por el mero hecho de saber que estoy siguiendo un procedimiento definido.
Me acuerdo por ejemplo que cuando de más pequeño me iba a 'trabajar' con mi padre, insistía en rellenar pedidos, albaranes y facturas, todo perfectamente cuadriculado, con sus casillas para rellenar y cumplimentarlo todo debidamente. Supongo que todo tiene sus ventajas, y también me tiene que haber servido para algo. Creo que la cosa es tan ridícula, que estaría dispuesto a seguir un curso o procedimiento para aumentar mi creatividad!!!!
En fin, mañana nos vamos al Bosque de Epping, por supuesto utilizando la guía que me regaló Raquel y siguiéndola pormenorizadamente!!! Al fin y al cabo no se si me gusta más andar por el campo o seguir el itininerario que marca mi libro!

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