domingo, abril 22, 2007

 

De Lewes a Southease

En honor a mis incondicionales, voy a poner unas fotos (robadas de Flickr, el presupuesto no me da para cámara o móvil con cámara aceptable, más cómodo para mi), de la caminata de ayer. 15 km. en una zona del sur de Inglaterra, muy cerca de Brighton, o para ser más exactos entre Brighton y Eastbourne.
El clima el sábado fue espectacular, día claro y soleado pero fresco, como a mi me gusta. Tres subidas y tres bajadas que contribuyen a ponernos en forma para la marathon de 35 kilómetros que en un par de semanas nos llevará sobre los acantilados de Dover.
Para empezar, llegamos a Lewes, una pequeña ciudad en la que me apeteció quedarme, por el ambiente que se veía, el buen clima y la cantidad de barecillos, tiendecitas y restaurantitos monos. Sin embargo, cuesta arriba (17%) hasta casi echar el bofe, hasta llegar al campo de golf (tal y donde lo tienen más vale que sean precisos, porque las bolas pueden caer como balas). A partir de ahí camino rural en dirección al Mount Caburn, atravesando el valle:



Una vez más cohabitando con vacas y otro tipo de ganado. Ya no tan emocionante como nuestros primeros encuentros, pero bueno, las vacas son grandes y aún sin cuernos seguro que te pueden pasar por encima en plan apisonadora. Sin embargo no se por qué me da que las ovejas tienen más mala leche (aunque son más cobardes). Aparte de eso, la sensación del silencio, el buen día, la primavera, las florecitas amarillas por aquí y allá, hicieron que cargáramos las pilas de verdad. Yo no se cómo no hay más gente que haga estas cosas. El valle del Caburn es un lugar mágico, en el sentido estúpido y tan de moda del adjetivo. Cualquier día me hago eremita de esos (es broma)
A continuación bajada hasta Glynde, famoso por la Royal Glynde Opera House (famosa en su pueblo deber ser, porque yo la primera vez que lo oía). Mucho yeso como se puede ver al fondo, pero es que esta zona es así, yesera. La segunda bajada del día (la que se ve en la foto), y unos cuantos campos después llegamos a Firle, donde engullimos en el Ram's Inn (la Posada del Carnero), que decía no se donde que era del siglo XV y que incluso tiene su propio fantasma (como tantos pubs y casonas de las islas), pero aparte de algún cliente asiduo nosotros no lo avistamos. Escéptico que es uno.



Otra subidita a la cornisa esta de la foto siguiente, muy apropiada para hacer la digestión. Aquí ya hasta me quité la camiseta para sentirme más libre. Menos mal que no había mucha fémina por la zona, que no era plan de provocar un altercado público. Pues bueno, la citada cornisa es parte de un gran camino llamado los South Downs que recorre desde el sur de Inglaterra, pegadito al mar, desde el centro al este (o al revés depende de por dónde empieces).



Lo bueno es que arriba ya se acabaron las cuestas, todo es plano hasta que llegas al final y bajas de repente hasta la estación de Southease, donde hay un tren cada hora y, como no, lo perdimos por unos 10 minutos, y lo que es peor viéndolo en vista aérea poco antes de llegar.
Antes de todo esto, lo mejor viene justo cuando acabas de subir, de repente la vista se te inunda de mar, todo el sur se abra ante ti, el pequeño pueblo de New Haven Harbour a la derecha, algún ferry perezosamente navegando hacia algún sitio, y la ilusión de Francia, pero no, estamos mirando hacia otro sitio. Hacía meses que no veía el mar, ya lo echaba de menos, parece un tópico pero es real (o al menos forma parte de mi granado arsenal de prejuicios)
Bueno, hoy ningún enlace que ya está bien y estoy vago. Tengo que concentrarme y a ver si pongo algún post más polémico sobre algún tema que de más chicha.

jueves, abril 12, 2007

 

Salisbury, Avebury y Bath (y III)

Debo de estar durmiendo a mi escasa pero beligerante audiencia con este viaje a la Alcarria versión UK, porque nadie pía. En fin yo a lo mío.
Bath es una ciudad extraordinariamente bonita. Patrimonio de la Humanidad según la UNESCO. De esta forma, sin saberlo a priori, hicimos un bonito trío de emplazamientos con tal condición en nuestro viaje. Sobre Bath, me explico:





Bath fue probablemente el asentamiento romano más importante en Britannia. Casi con toda seguridad el nombre viene de los baños que los romanos construyeron en Bath. La infraestructura realmente merece la pena. Son los baños romanos que mejor se conservan. Es uno de esos sitios en los que te cobran la entrada y dices, mira, este mereció la pena. Las canalizaciones siguen funcionando 2000 años después y se puede apreciar lo avanzados que estaban en temas de ingeniería y arquitectura. Además todo el museo está muy bien montado y se pueden apreciar algunas maravillas que se encontraron como el busto de una diosa y una parte del frontispicio (creo que se llama así) de uno de los templos. El tema es que los romanos no sólo lo consideraban un lugar de higiene, solaz y relaciones sociales, sino que también tenía un carácter religioso.
Muchos años después, fundamentalmente en el siglo XVIII, la ciudad vivió su época dorada, tanto a nivel inmobiliario, digo arquitectónico, como social. Fue probablemente una de las ciudades más 'in' de la época. Imagino que no a la altura de las orgías romanas, pero intentarían estar a la altura. 1 Royal Crescent es una casa reconstruida según los usos de la época que realmente vale la pena visitar. Todo el esplendor y la diferencia de clases británica reflejada en unas pocas habitaciones. Lo que más gracia me hizo fue cuando en la cocina pude ver un curioso mecanismo que conectaba el eje que hacía girar al asado, sobre el fuego, con una polea que iba a parar a una rueda en cuyo interior un perro (de una raza especial para el efecto) corría sin parar para que el asado girara y se hiciera bien por todas partes. Imagino que bastante delgadito estaría el perro de tanto correr y de estar al lado del fuego. Esto me recuerda a las corridas de toros que dicen que gracias a ellas se conserva la raza y tal. Pobres perritos de Bath que ya no pueden seguir correteando sobre los asados de sus señores... Vean una ilustración al efecto (el perro está en la parte superior, en el centro)



Después, un agradable paseo por el río en una barca de motor eléctrico con capacidad para unas 11 personas. Íbamos sentados casi a la altura del agua, pero era muy agradable, prácticamente sin ruido alguno y con unos patos acompañándonos todo el camino. Muy interesante (nunca lo había visto) ver cómo vuelan y luego amerizan utilizando sus patas (diseñadas por la Naturaleza al efecto). El simpático capitán nos llevó río arriba hasta el pequeño Bathampton donde el antaño molino se había convertido en un elegante pub/restaurante. No me pareció que nos llevara ahí por la comisión, pero quién sabe...
Por la noche encontramos a un viejo amigo, que me recuerda bastante al truhán encarnado por Paco Rabal en Juncal. Bastante anclado en el quiero y no puedo ya (prácticamente se estaba a punto de tirar a no se cuantas jovencitas que nos cruzamos por el camino), pero con la suficiente gracia como para poder de tarde en tarde (y con un pasado glorioso, no me cabe la menor duda). Una buena persona con la que pasamos un buen rato, si bien un tanto monotemático jaja
Al día siguiente, vuelta a la capital para llevarnos la sorpresa final apenas cinco minutos antes de llegar a London Paddington. Nuestro tren empieza a frenar, con cierta brusquedad, huele a quemado, por el rozamiento, claro y entre las primeras confusas noticias resulta que ha habido una 'fatality' (una baja) que tiene que ver directamente con nuestro tren. Tras aclararme un viajero que efectivamente era alguien muerto, y probablemente suicida, la compañía nos ofrece gentilmente que pasemos por el vagón bar que los 'refreshments' son gratis, para amenizar nuestra espera, mientras llega la policía. Buena oportunidad para aprender que 'refreshments' no son refrescos, sino todo, cualquier cosa, sandwiches, chocolatinas, bollos, vamos, todo lo que vendían en el bar. Para cuando me di cuenta viajeros más avispados ya habían dejado las migajas. Algunas horas después, caímos en que el suicida sería alguien viniendo desde fuera (jaja, qué tontos) que se tiró al tren. Qué ganas de amargarle la vida al propio maquinista y de hacernos perder el tiempo a todos. Vamos, que no me hubiera importado perder ese tiempo y más por evitar que se suicidara, pero ya que se suicida, que no moleste al menos ¿no?
Si a alguien le interesa puedo dar más referencias sobre cualquiera de los puntos de nuestro viaje. Píen Vds. y serán complacidos...

martes, abril 10, 2007

 

Salisbury, Avebury y Bath (II)

Día 2 de nuestra particular Hégira, decidimos irnos a ver los pedruscos de Avebury, lugar desconocido para nosotros de no ser por la lectura de la susodicha Lonely Planet. Ante la descripción de que es el Stonehenge de los puristas, menos conocido y no tan espectacular, pero accesible totalmente (el círculo de Stonehenge está cerrado, sólo se puede ver desde fuera), cómo iba yo a dejar pasar semejante posibilidad de ser exclusivo. Al fin y al cabo, se que Stonehenge está dentro de mi libro de rutas andarinas y ya lo veré en su momento.




El viaje lo desarrollamos en un bonito autobús rural, 1:30 para recorrer unos 45 km, pero son los inconvenientes del transporte público. Una cuestión bastante curiosa que observé, miope pero perspicaz como el que más, fue el tipo de acompañamiento en el autobús. Dos guiris como nosotros rodeados de unos cuantos viajeros que subían y bajaban de vez en cuando cuya media de edad no bajaría de los 60 ó 65. Será que los jóvenes tienen coche y pasan de perder el tiempo con transportes públicos.
Pues nada, visita al Centro de Información Turística, alojado en una pequeña iglesia, y a pasear por dentro del círculo. Algunas anécdotas o detalles interesantes:



Bueno, unas vueltecitas más y pusimos rumbo hacia Bath, no sin antes coger un par de autobuses más, claro que esta vez nos llevaron cómodamente hacia la bonita ciudad cuya crónica abordaré presumiblemente mañana. En nuestra llegada vespertina tuvimos que pasar por el aro y alquilar una habitación por dos noches en lugar de una según era nuestra intención original. Pero es lo que tiene el ir así de espontáneo por la vida, que la gente se aprovecha de uno...

lunes, abril 09, 2007

 

Salisbury, Avebury y Bath (I)

Esta Semana Santa hemos estado haciendo algo de turismo 'nacional'. Salimos con una mochila y los suministros básicos, sin reserva, en plan mochilero pero de guay.
Una vez decidido que nuestra primera parada sería Salisbury, consulta al oráculo de Internet y determinación del itinerario más óptimo. Tan óptimo que la máquina de billetes de la estación no lo reconocía como válido, pero menos mal que la de al lado (parecía de otra marca), sí. Cosas de la Informática, como diría algún ignorante.
Una vez embarcados en el tren, primeras sorpresas, resulta que hay gente con los asientos reservados, y para cuando nos damos cuenta los pocos no reservados que quedaban ya se habían ocupado por otros viajeros más avispados que nosotros. En cualquier caso, el tren ya estaba en marcha, con lo que la pregunta "¿podemos ir de pie?" ya se había respondido implícitamente. Por supuesto las zonas intermedias del tren a rebosar de otros como nosotros, compartiendo el placer del restregón de la gente que no tiene otra cosa que hacer que pasarse el viaje paseando de un vagón a otro. Craso error también haber comprado el billete, el revisor ni osó asomar la cabeza. Menos mal que el trayecto en ese primer tren fue de poco más de una hora porque les aseguro que al precio que cobran tener que ir de pie es realmente vergonzoso. Eso sí puestos a elegir prefería ir de pie que tener que esperar a otro tren, ja ja.
Salisbury es una ciudad pequeña que está en el sur de Inglaterra, en el condado de Wiltshire. La ciudad importante más cercana diría yo que es Southampton. El motivo de ir allí es fundamentalmente la catedral, si hay que elegir una cosa entre todas. 'Desgraciadamente' no pudimos subir a la torre, 300 escalones y te advierten que es para gente que no se maree y que esté en buena forma. Hay algunos tramos sin barandilla. Eso sí, si te caes morirías en sagrado. Esto es porque todos los vejest... digo voluntarios que se ocupan de atender la catedral estaban ocupados con los preparativos de Semana Santa y Pascua.
La torre que se ve en la foto fue un añadido posterior que incrementó el peso de la construcción en tropecientas mil toneladas. Una de las cosas curiosas que se pueden ver es cómo están combadas las columnas de mármol situadas justo debajo de donde está la mencionada torre. Imagino que las revisarán de vez en cuando.



Otras cosas interesantes, pues el carácter medieval de la ciudad, casi todas las calles del centro tienen nombres estilo carniceros, pescaderos, plateros, etc. Todo en plan gremial. Está claro que la catedral ensombrece todo lo demás pero hay otras cosas que nos gustaron bastante: el ya referido ambiente medieval, la iglesia de St. Thomas y algunas edificaciones de estilo isabelino (si no me equivoco)






Continuará...

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