domingo, noviembre 05, 2006

 

Hipocresía (II)

Hoy tenía previsto escribir de algo, pero todavía no sabía muy bien de qué. Mi amigo Marco me ha ahorrado el trabajo de tener que buscar la inspiración. De hecho, siempre es mucho más fácil jugar a la defensiva. Para los que se quieran ilustrar, aquí va el enlace. El autor, simplemente, es un alevín de snob. Lo que pasa es que para ser snob, amigo mío, hay que tener más clase. Me gustan los snobs, por su decadencia, por su arbitrariedad, por la fatalidad de su aspiración. El problema es que no se puede estar un poco embarazada. Hay que hacer los deberes. Yo soy muy vago, como ya he dicho en alguna ocasión, pero trato de ser eficiente y de que no se me vea el plumero.
A mi hay películas de Almodóvar que me aburren soberanamente, pero hay otras que me parecen una genialidad, como precisamente La mala educación. Almodóvar es sórdido, trata de profundizar en historias sórdidas pero muy humanas por medio de la exageración. Se recrea en la caricatura y esto es arriesgado. Si te pasas de la raya no eres creíble y si lo haces además sin gracia, encima aburres, y esto le pasa en alguna que otra ocasión. La película en cuestión, que no es contemplada por la crítica como una de sus mejores, a mi me parece una obra maestra, fundamentalmente por una cosa, por la ambientación. Almodóvar es perfeccionista en la ambientación hasta la saciedad; lo es en todas sus películas, pero en esta ocasión para mi roza lo sublime. La historia, pues no deja de ser la ya mencionada caricatura exagerada de Almodóvar, con algunas interpretaciones muy brillantes, como la de Gael García Bernal, pero para mi la historia ya digo que es lo de menos, y esto es algo que es raro y extraño. Normalmente una película brillante requiere un guión brillante, por eso digo que esta cinta para mi es una rareza.
Me he ido por las ramas en mi entusiasmo por ver si motivo a alguien para que se atreva a verla con otros ojos o con los suyos si todavía no lo ha hecho. El motivo inicial era hablar del artículo de Marquito. Para ser snob, amigo Marco, hay que ser más perfeccionista. Ser snob, aunque sea algo muy interior a uno, también se valora mucho por las formas, y te lo digo yo que soy bastante burdo en cuestiones de formas. Sin embargo, soy un gran teórico de lo que deberían hacer los demás. El primer párrafo es un dechado de despropósitos en este sentido. Si te gusta tanto Scorsese, escribe su nombre bien, coño. ¿No ves que el que te lea se va a creer que sólo lo utilizas como un pretexto, que no has visto sus películas más allá de lo que parece que has visto las de Almodóvar? ¿No ves que hay que estar mejor informado? ¿No ves que La Comunidad no es una película de Almodóvar?
Es una pena que los errores no se queden ahí, en las formas. El meollo de tu esnobismo sin embargo, es ese nazismo subyacente de la conjunción '(...) y gente de mal vivir', que luego se hace evidente en ese sectarismo educativo que preconizas. De vuelta a los guetos, en este caso educativos, pero que tú saboreas sociales. Después pasas a lo de los exámenes homogéneos diseñados por ordenador. Pero Marco, ¡que tú eres profesor! ¿No te mola lo de la libertad de cátedra? Dejemos el Humanismo a un lado, ¿verdad? Si habiendo Matemáticas, Inglés e Informática, para qué vamos a permitir que la gente abra sus entendederas más allá.
Pero si a ti te gusta escribir, y también te gusta leer, y te gustan otras cosas. ¿Qué problema tiene la Música? ¿Es una frustración desde la ignorancia?
Esa educación por la que abogas, nos llevaría indefectiblemente a un mundo unidimensional. Todos igual de brillantes y los que se aparten, pues ya se sabe. Como decía Santayana "Aquel que no aprende de la Historia, está condenado a repetirla", y ya sabes a lo que me refiero. En fin, me alegro que se me haya ocurrido esta frase, mira tú por donde, que es una frase que se la han quedado los comunistas para ellos y así igual te molesta un poco más.
El tema del esnobismo viene porque se que eres más listo que todo eso. Simplemente, te tienes que quitar las orejeras, pero igual cualquier día de estos, te las quitan junto con los pantalones, en plan valor añadido, tú ya me entiendes. En cualquier caso, si te haces un esnob, que sea con clase, me gustará la ambientación, como con Almodóvar...

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