jueves, noviembre 02, 2006

 

Terrorismo

Ya está bien. Todos somos muy exclusivos, de boquilla, claro. Por supuesto que tenemos nuestras aficiones, nuestras inquietudes y nuestro criterio. Somos independientes y estamos en control de la situación. Despreciamos al rebaño, incluso nos gustan los documentales de la 2.
Sin embargo, a la hora de la verdad, no hay nada como la mierda, al fin y al cabo mil millones de moscas no pueden estar equivocadas ¿verdad? Prohibido destacar a riesgo de ser proscrito. Acabaremos como en Japón. Cuánto cuesta decir NO...
Estoy espeso. No se cómo explicar algo que me parece tan sencillo. Qué diversión la de vivir anestesiado. Es cómodo acostumbrarse, no hay nada como un trabajo de funcionario. Y podría parecer hipócrita, como el zorro el de las uvas, que como no llegaba a la parra acabó diciendo que en realidad estaban verdes. Pero es que desprecio profundamente el que la gente se sienta segura. Es que no hay derecho a permitir que la gente se sienta segura. Ese es el juego, seamos felices. Pero es que para ser feliz hay que ser imbécil. Encefalograma plano. Me dijo una vez Lolo, al que hace tiempo que perdí la pista, que no hay nada más destructivo que pensar. No se si la frase es suya pero consiguió articular una idea que llevaba en la cabeza desde hacía algún tiempo ya.
Esto es como el que va todos los domingos por la tarde al cine o le ha dado por escribir un blog. O el que soporta a todos esos terroristas de baja intensidad, de tan baja intensidad que igual sólo te los encuentras una vez en la vida o los soportas una vez cada cierto tiempo. Su existencia es inevitable, es intrínseca a la condición borreguil del resto. Oportunidad de negocio le llaman algunos. La explotación del hombre por el hombre le llaman otros. Son todo caras de la misma moneda. Se alimentan del abono que forma el resto de la sociedad. La comodidad en la que nos hemos instalado es su más sabroso caldo de cultivo.
No logro evolucionar, esto no es más que una sarta de ideas inconexas, pero es lo que hay. Ganas me dan de borrarlo todo, cancelar y a otra cosa mariposa, sin embargo he decidido que voy a intentar ser coherente. No puedo estar criticando el encefalograma plano y luego borrar esto simplemente porque veo que me está saliendo una gran bazofia y porque me cuesta horrores pasar de una frase a otra. Siempre he pensado que lo que más me gusta de una cosa o de una persona bonita son sus imperfecciones. Por eso tengo que dejar esto, para intentar mejorar por contraste aunque sea y así que no se me vea el plumero de charlatán de chirigota. Al fin y al cabo es sólo cuestión de números el lograr escribir algo mejor algún día.
Pero no me quiero desviar del tema. No estoy hablando de correr ningún riesgo. No hay nadie más cobarde que yo. Se trata simplemente de un ejercicio de respeto a uno mismo. Se dice que para que te respeten hay que respetar a los demás. Es exactamente al contrario. Para que los demás te respeten hay que respetarse a uno mismo primero.
Lo dejo aquí. Paradójicamente el que lo haya leído todo tenía que haberse plantado hace un rato. Este artículo es infumable. No he parado de darle vueltas a una sola idea inútilmente. Soy totalmente incapaz de profundizar en lo que quiero decir. Otro día será más fácil.

Comentarios:
¿te parece una amalgama sin sentido lo que has escrito?. Quizá no lo sea tanto. Te puedo explicar por qué, aunque creo que hay un texto que explique algo mejor lo que te pasa por la cabeza:

"Tienes la mirada de un hombre que acepta lo que ve porque espera despertarse.
¿crees en el destino, Neo?
No.
¿por qué no?
porque no me gusta la idea de no ser yo el que controle mi vida.
Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás porque sabes algo,
aunque lo que sabes no lo puedes explicar, pero lo percibes.Ha sido así durante toda tu vida.
Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es,pero ahí está, como una astilla clavada en tu
mente. Y te está enloqueciendo."
-Morpheo en Matrix (1999)

Ayer me vino esta escena a la mente, mientras paseaba por Ikea, entre una multitud de gente encantada de husmear entre las piececitas de Lego que los que mueven nuestros hilos nos dejan ahí, como un padre deja unos juguetes en la habitación de su hijo, para que juegue, de forma controlada. Miraba a la gente tan absorta en los objetos, las sillas, las lámparas o ese precioso juego de café.

Y no pude evitar sentirme triste, como si alguien te dice a la cara que sólo eres un número o una hormiga en el total, una estadística, un niñito más jugando con los mismos juguetes que el resto, en esta enorme guardería.

En un matrix quizá tan evidente como sutil.

Saludos. Jerm
 
Amigo Jerm,
Gracias por sus cálidas y lisonjeras palabras. Creo que ha sido Vd. capaz de plasmar una parte de lo que yo pensaba, de una forma mucho más certera y sintética, con parábola incluida. En cualquier caso esto es lo fácil, pero ya he dicho que soy un vago... Es un tema interesante a explorar. Por otro lado, aunque la rebelión tiene sentido no sería más que un brindis al sol en el más puro sentido azor-aznariano.
 
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