miércoles, junio 13, 2007

 

El traje nuevo del emperador (II)

Leía plácidamente el periódico el domingo pasado y me enteré del último caso de corrupción que agita a la sociedad británica. Ventas de todo tipo de armamento a Arabia Saudí pagando comisiones a personajes de diverso pelaje locales y foráneos concediendo, por supuesto, créditos preferenciales para la compra del mismo. La ecuación perfecta, dinero público para todos sin mirar si encima estamos equipando a un país democrático o a ese aliado que a veces se vuelve rana. Se plantea el tema de una investigación profunda, pero el Gobierno gracias a ciertas prerrogativas y argumentando 'intereses de estado' se la cepilla.
No es esto algo exclusivo de Mr. Blair, ni tan siquiera esa actitud de estar por encima del bien y del mal y de considerarse un gran estadista. Además ahora es cuando tanto trabajo abnegado va a pasar a reportarle pingües beneficios en forma de conferenciante o miembro del consejo de empresas que nadie conoce en el reino de los vulgares mortales. Tenemos otros muchos ejemplos: González, Aznar, cualquier presidente americano (mejor si ha hecho dos mandatos) y seguro que muchos otros que mi incultura política me hace incapaz de recordar o reconocer.
Lo que me fascina y me repugna a la vez es que la masa, cuyo individuo medio tiene una inteligencia media (esto es una gran perogrullada, de qué otra forma podría ser; pero no hablo en términos estadísticos) y creo que al menos suficiente para discernir, no se rebele. A la gente se le llena la boca y el entendimiento con las 'razones de estado', o el 'qué bien nos representan'. Porque otro caso similar son los monarcas, instituciones trasnochadas, cáncer de los estados durante tantos siglos (esto no es exclusivo de ellos, no me malinterpreten) e intocables para la mayoría. Por poner un ejemplo sobre el que tengo una opinión fuerte, se me ocurre España y el famoso 23-F. ¡Menos mal que la participación del monarca convenció a los golpistas! ¡Tenemos que estarle agradecidos! Ejem. Le podemos dejar propina como al camarero cuando nos atiende bien. El tema es que cualquier otro comportamiento habría sido (humanamente) indecente. Sin quitar el tema de que vaya golpistas eran que no mataron a nadie y se dejaron convencer... No quiero ir más allá y entrar en paranoias de cómo pudo haber sido la cosa de verdad y de quién podía haber estado en el ajo y cambió de dirección sobre la marcha...
Bueno, al final me he cebado con el ejemplo, pero este es uno de mis temas de polémica favoritos y qué le voy a hacer. Mi tesis, recapitulando, era el que no entiendo cómo estas palabras, estas acciones, valen para todo y cómo tragamos con ellas. Igual algún día esto de que cualquier tonto pueda escribir sirve para profundizar en la democracia y en el criterio independiente y gloriosamente subjetivo. Aunque me da a mi que es más fácil que sea el sensacionalismo lo que triunfe, como todo en la vida :-) pero bueno...
Ah! espero las respuestas incendiarias de mis contertulios favoritos, como no podía ser menos.

Comentarios:
De toda tu diatriba me quedo, por tierna, con la siguiente cita:

"Sin quitar el tema de que vaya golpistas eran que no mataron a nadie y se dejaron convencer..."

Ahí te tengo que dar la razón. Creo que prácticamente hemos conectado telepáticamente. Estos días que vuelven a poner las mismas imágenes de las primeras elecciones, el Renault 8 repartiendo octavillas y el 23F, cada vez que veo a Tejero entrar en el hemiciclo, con su mostacho y su tricornio, se aleja más y más de ese fiero militar que antaño era el que hacia éstas cosas, y se me acerca más bien a un miembro de unos "Village People" con un toque ibérico y cañí. Más porte militar, hombre, más fiereza. Que sois unas nenazas. Si Millán Astray levantase la cabeza.....

Además, ¿qué es un golpe militar sin una buena ejecución al amanecer? Nada, una pastilla de clorato. El toque de corneta, el pañuelo rojo, el paredón, que siempre hay un paredón..... nada de esto hubo ese día de Febrero. Una pantomima, vamos.


Y la segunda parte, también coincido contigo. Se dejaron convencer enseguida. Blandos, más que blandos. ¿acaso se dejó convencer Lenin en 1917? Joder, pues no. ¿tal vez Salvador Allende convenció a Pinochet con buenas palabras? De eso nada. ¿pudo , con milongas, llevarse Batista a Fidel a su lado, prometiéndole, pongamos por caso, un ministerio o un monopolio? No, no y no.

Es que, amigo, Art, las cosas ya no son como antes. Los huevos no saben igual, el pan solo lleva aire dentro, la carne desaparece de la sartén envuelta en agua, y los golpes militares, ay, los golpes, los dan cuatro aficionados, encima blandos de mollera.

Vamos, que de no haber hecho su declaración el Rey, yo creo que las empleadas de la limpieza del Congreso, al entrar al día siguiente, habrían hecho la misma labor, y seguro que cobrando menos.

Saludos.Jerm
 
Ya sabía yo que había riesgo de que el ejemplo destacara sobre la tesis principal.
Don Enrique, no me descontextualice la frase y me haga esa demagogia fácil. ¿Dónde estoy diciendo yo que hubiera preferido eso? Sólo estoy diciendo que dudo mucho del valor de la aportación del Borbón (y ya digo que no quiero pensar mal). La cuestión es que su aportación es un dogma de fe. Y para un monárquico nada que yo diga le va a hacer demostrarme, cosa que nadie ha hecho, cuál fue el valor de esta aportación, y esto es lo que enlaza con la tesis de mi "diatriba". Madre mía si hubiera sido cualquier politicucho de izquierdas el que hubiera desmontado el golpe la que le habría caído encima en forma de insidias y especulaciones... Don Gutiérrez Mellado sí que le echó valor...
 
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