viernes, mayo 16, 2008

 

Sentimientos encontrados

Hace ya tiempo que mi racionalidad subjetiva (no tengo de otra) vive presa de un dilema bizantino. Asisto impávido que no patidifuso a la mediocridad de nuestra clase política. Nunca que yo recuerde hemos tenido un gobierno más mediocre que el actual (quizás el de Calvo Sotelo, no se porque no me acuerdo) y no obstante recientemente han repetido elección y mandato por consiguiente. ¿Qué nos dice esto de la oposición? Pues para mi está muy claro, si no eres capaz de ganar a esta banda que es capaz de sin ningún rubor de crear ministerios de vivienda (¿suena a franquista eh?) o de la igualdad y de erigir castillos en el aire tal que la 'Alianza de las Civilizaciones', o de despreciar a la inteligencia implantando cuotas en el gobierno, porque yo lo valgo, es que realmente tú eres todavía más inútil que ellos. Y para muestra un botón, la guerra abierta que se ha desatado para ver quién releva al nunca elevado a cisne patito feo no indica sino que las expectativas que tenían eran de ganar las elecciones, y escribiendo esto me viene casi la carcajada. Y lo argumento: tras haber conseguido los mejores resultados electorales de su historia en cuanto a número de votos
, en lugar de estar celebrándolo como un éxito están a ver cómo decapitan a monseñor. Pero claro tampoco podemos esperar de un grupo en el que los principales capitostes son la ministra puesta en ridículo por CQC, el exonerado por defectos de forma en los tiempos de Juan Guerra ex-alcalde levantino o el monje a quien le estalló la bomba en las narices e intentó rentabilizarlo políticamente. Su gran baza electoral era el nuevo Ruiz Mateos del electrizante mundo de las compañías eléctricas españolas.
Y aquí es donde viene mi dilema. Para un antiderechista confeso y acérrimo (aunque algunos de los que me conocen me tienen por lo contrario, simplemente porque critico a la burda representación de izquierda que tenemos) como el que suscribe esta realidad debería ser motivo de alegría. Sin embargo, no va más allá del solaz si bien triste y sarcástico. Porque racionalmente me gustaría que la oposición fuera lo más brillante posible pero en este caso dejaría de ser tal oposición y, francamente, una derecha brillante en el gobierno también es realmente inquietante, y no es que la haya visto nunca, sólo me la imagino...
¿Es esta clase política el reflejo de la sociedad? Pues hay que tirar de imaginación para creer en otra alternativa. Por otro lado España ha evolucionado tantísimo en los últimos 30 años que es evidente que la sociedad está ahí tirando del carro, a pesar de los políticos, que buenos los ha habido pero con poco interés en ser honestos durante mucho tiempo (y alguno bueno y en realidad honesto, aunque la historia lo haya tratado mal , como el bueno de Alfonso Guerra). Mi hipótesis más sólida (lo que no es ninguna garantía en términos absolutos) pasa porque esa clase de gente que realmente ha hecho todo esto posible no está interesada en la política. Como mucho se pueden llegar a alinear tímidamente cada 4 años con un lado u otro, pero sin ningún interés en pasar de ahí.
Yo, no quiero saber nada de los pragmáticos, creo firmemente en la subjetividad informada y me gustaría que la llama del romanticismo nunca se apagara. Admiro la inteligencia, independientemente de su adscripción (incluso cuando está enfocada al mal no deja de ser un manantial de sabiduría).
Esto no es más que una reflexión sin ninguna pretensión más que la de sacar estas ideas que llevo dentro al aire. Francamente no se cómo se podría mejorar esto.
Comentarios flamígeros especialmente, muy bienvenidos...

Comentarios:
Hmm.... sentimientos encontrados, ¿o más bien la innegabilidad de las leyes económicas?. Como usted y yo somos aficionados a los temas financieros, no hemos tenido más remedio que seguir el día a día del sistema económico, de su funcionamiento y reglas.
Esas reglas son inexorables. Son la ley de la oferta y la demanda,el libre mercado y los intereses privados. Ante eso ninguna ideología se puede oponer. Muchas lo han hecho, y las consecuencias han sido siempre nefastas.
Usted ha dejado bien claro que es antiderechista, no sea que alguien pueda pensar mal, y no quiera Dios, sospechen que algún día su papeleta de voto se deslice al lado oscuro. Y ese es el tema real de su post. Ante unos hechos irrebatibles, que son incompatibles con lo políticamente correcto, una persona reflexiva se encontrará, antes o después en el dilema ideológico por excelencia. ¿Sigo con mis ideas adolescentes, buenistas y simples, o afronto a pecho descubierto esa verdad incómoda que no logro acallar?

Es un buen síntoma de salud intelectual plantearse, al menos, el dilema.

Otros en su puñetera vida han llegado a hacerlo. Y son los que, paradójicamente, más contentos viven con sus ideas.

Saludos.
 
Yo lo de la declaración esa lo hago en plan de transparencia, para que sepan de donde viene mi subjetividad informada en este caso. Todo esto no quiere decir que algún día me cambie la chaqueta, pero lo dudo... Tampoco es cuestión de caer en el autoetiquetado fácil, es un poco encuadrarse en dónde creo que está la filosofía correcta a pesar de sus terribles implementaciones. El tema es que luego también tengo algunas ideas salvajemente liberales, léase acabemos con los subsidios, pero si uno lo piensa bien son más igualitarias que liberales, pero claro, compran muchos votos y no cuesta nada disfrazarlas de otra cosa!
 
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